Vanessa Polo Bell. Secretaria de Formación de UPA Joven
Desde siempre, las mujeres han compartido las faenas agrarias y ganaderas de las explotaciones familiares además de las propias. Sin embargo, y también desde siempre, las mujeres han sido invisibles, su trabajo ha pasado desapercibido totalmente para la administración ya que no transcendía del ámbito familiar, toda una vida de duro trabajo sin ningún tipo de derecho.
No estoy hablando del siglo XVIII, estoy hablando de que esto era una realidad hace tan solo dos años. Hoy hay que olvidares del cliché de la mujer rural como una mujer conservadora y sumisa ama de casa. Nada más lejos de la verdad, hoy por hoy las mujeres han tomado en muchos aspectos la iniciativa, son independientes, estudian y trabajan y son más visibles que nunca.
Son estas mujeres con su iniciativa y su inquietud por progresar las que han consolidado la Federación de Mujeres Rurales (FADEMUR) que tiene como una de sus principales reivindicaciones hacer visible a la mujer rural. ¡Y lo hemos conseguido!
Gracias a todas estas mujeres, en el año 2009 se publicó el Real Decreto 297/2009, de 6 de marzo, sobre titularidad compartida en las explotaciones agrarias. Un avance sin precedentes en el sector agrario por los cambios que ello representa, el reconocimiento de los derechos individuales de las mujeres agricultoras y ganaderas que comparte con el hombre las tareas agrarias, asumiendo buena parte de las mismas y aportando tanto bienes como trabajo.
Este real decreto constituye un primer paso en el desarrollo normativo de la figura de la titularidad compartida de las explotaciones agrarias, y así viene recogido en el propio preámbulo: “El presente real decreto es sólo la primera de las medidas destinadas a dar cumplimiento a ese mandato de promoción y desarrollo de la titularidad compartida de explotaciones (…)”. En cualquier caso, esta primera medida tendrá que ir acompañada de la promulgación de leyes civiles, mercantiles, fiscales o laborales, cuya elaboración exige de un estudio más detallado.
Desde UPA Joven felicitamos y agradecemos a estas mujeres el esfuerzo que han hecho para mejorar nuestra realidad, pero no nos conformamos, tenemos que avanzar un paso más y al igual que las mujeres de los agricultores y ganaderos, las hijas e hijos de los ganaderos y agricultores también desarrollan tareas dentro de la explotación.
En este sentido, en UPA joven seguiremos luchando para que no sólo sean los cónyuges o parejas de hecho los que se puedan acoger a la titularidad compartida sino también familiares de primer grado como los hijos e hijas de éstos. Quizás éste sea el primer paso para facilitar el acceso de los jóvenes a la agricultura, contribuyendo a facilitar el relevo generacional y el envejecimiento del sector agrario y ganadero español.
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