Todos sabemos que en la actualidad vivimos en un mundo globalizado, aunque no todo el mundo sabe cuáles son los problemas de la globalización, y a estos problemas no son ajenos los ganaderos y los agricultores. Una de las principales y peores consecuencias de la globalización es la constante pugna entre los países y sectores productivos para conseguir colocar nuestros productos en el mercado. Esta lucha se produce además en total desigualdad de condiciones, lo que supone llevar a la quiebra a algunos sectores de ciertos países que por una u otra razón son menos competitivos, y todo esto amparado por los intereses de ciertas potencias y de grupos de especuladores que viven como parásitos a costa de la “libertad de mercado”. ¿O será que la globalización tiene nombre de país?
Y en este mundo globalizado ya no existimos los agricultores y ganaderos, o lo que es lo mismo, las personas. Solamente existe el MERCADO, las grandes fortunas y los fondos de inversión para los cuales las personas, los trabajadores, carecemos de toda importancia. Así que parece que nuestro principal enemigo es justamente ese mercado en mayúsculas donde todos los días intentamos colocar nuestras cosechas y productos cuando a lo mejor tenemos a los clientes en el pueblo de al lado.
Igual alguien nos está diciendo que debemos ir hacia una globalización en minúsculas, por lo menos aquellos que, sin saber por qué, somos débiles aún siendo la economía primaria, la base de todo, e incluso la base de todos. También de las personas que parecen ya no importar a nadie.
En medio de este jaleo del mercado global nos encontramos con la reforma de la PAC, otra gran desconocida del ganadero y agricultor. La que debería ser nuestra amiga y aliada, se está convirtiendo en un vigilante al acecho, que en vez de ayudarnos a conseguir mantener el mundo, con sus personas, (y digo mantener en todos los aspectos: alimentario, social, económico, medioambiental...), parece que los de las grandes fortunas del mercado globalizado pretenden que sea su herramienta, de forma que los intereses particulares de uno, dos o tres países primen por encima del conjunto de la Unión Europea y de sus ciudadanos con tal de dominar el mercado alimentario y poder jugar a su antojo con él, incluso especulando con la base de la alimentación humana y animal como son los cereales, sin importarles que cientos de miles de personas pasen hambre o incluso mueran a causa de ella en el mundo. Mientras se siga desmantelando la Política Agraria Común, mientras se eliminen medidas de control del mercado, mientras no se ponga freno a la avaricia desmedida de los especuladores la Unión Europea seguirá siendo la “Desunión Europea”
Aquí aparecen un par de todopoderosos que juegan con la vida de muchas personas, por dinero, en un mercado especulador. Más que el inmobiliario, si cabe. Con lo que parece que justo los más débiles, tenemos lo más codiciado siempre, la tierra, que produce los alimentos, y además nosotros tenemos el poder de producirlos. Con este panorama cabe pensar en una futura “burbuja especulativa del cereal”. ¿Cómo se puede permitir que unos especuladores sin escrúpulos jueguen con la vida de muchas personas por dinero?
Aunque es difícil ser optimista en los tiempos que corren, ahora más que nunca, los jóvenes que queremos vivir en y del medio rural, debemos unir nuestras fuerzas para lograr una PAC fuerte, y sobre todo conseguir que la globalización se convierta en algo positivo, pues parece que no hay vuelta atrás, aunque con actuaciones como las de algunos países “ amigos nuestros”, pues son colegas de la UNIÓN europea, liderados por Alemania, que quieren conseguir cerrar fronteras de otros para que la globalización sea suya hacia el exterior, no queda muy claro el futuro de este tipo de mercado para las pequeñas explotaciones familiares. Con actuaciones como las de los pepinos españoles, que aprovecho para vetar y condenar, parece que cada día esa UNIÓN EUROPEA está menos unida.
De ahí que los jóvenes debemos apostar por una vida más justa e igualitaria donde realmente queremos el campo, con un trabajo, unos servicios, en fin, con una vida digna como la de cualquier otra persona en cualquier otro lugar. Desde UPA JOVEN pretendemos llevar la bandera de esa unión por el medio rural y todo lo que ello conlleva, porque tenemos lo más codiciado desde siempre, LA TIERRA.
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