La agricultura pasa por un mal momento. Solo hay que pegar un vistazo a la prensa para darse cuenta de cómo está el panorama. Por un lado tenemos el problema de los permanentes precios bajos en origen, inseparable compañero de viaje del agricultor y ganadero, que en algunas ocasiones no llegan ni a cubrir los costes de producción. Además tenemos que sumarle dos factores más que importantes y determinantes para el futuro de la agricultura y la ganadería, que son la reforma de la PAC y por otro lado los Presupuestos Generales del Estado.
Sobre la reforma de la PAC decir que nos encontramos en un momento crítico, están en la fase definitiva de la negociación y del presupuesto y el Parlamento no da su brazo a torcer en lo que respecta a su posición a pesar de las duras críticas por parte del sector. Además del duro recorte presupuestario que se llevará a cabo y que tan perjudicial será para nuestro sector y por supuesto para el medio rural en su conjunto.
Por otra parte nos encontramos ante los presupuestos más dañinos para los agricultores y ganaderos de la historia de la democracia de nuestro país. Los nuevos presupuestos recogen un hachazo de más del 25% con respecto a los del año anterior, cuando la media del recorte del resto de ministerios es de entorno al 12%. Queda clara la apuesta que hace el gobierno actual por la competitividad de uno de los principales sectores de nuestro país cuando por ejemplo el presupuesto del ministerio de agricultura de nuestros vecinos franceses es el triple que el nuestro. Cabe destacar de estos presupuestos que una de las partidas principales del Ministerio de Agricultura como es la de desarrollo rural, es decir, la que tiene que ver en gran medida con la calidad de vida en el entorno rural se verá recortada en un 33, 7%. En estos recortes se incluye un descenso de las medidas de desarrollo rural, modernización de explotaciones así como la incorporación de jóvenes al sector lo que acarreará una pérdida de fondos comunitarios. Si perder fondos comunitarios es malo, olvidarse del relevo generacional, de la incorporación de jóvenes al sector es peor ya que supone hipotecar el futuro de la agricultura y la ganadería de nuestro país, supone agravar el problema de envejecimiento de la población rural y el abandono de cientos y miles de explotaciones por falta de relevo y por supuesto supone, a largo plazo, el abandono de los pueblo y del medio rural.
Por otro lado, a parte de los problemas inherentes de la agricultura, también nos vemos afectados en gran medida por los recortes efectuados tanto por la Gobierno de España como por los gobiernos autonómicos indiscriminados y que afectan a aquellas personas que viven en el medio rural como son el cierre de centros de salud, recorte de profesores y otros servicios sociales, el cierre de las urgencias por las noches en los pueblos o el copago del 50% en el transporte sanitario. Por ejemplo en este último caso supone para un enfermo crónico que precise diálisis y tenga que hacer 24 desplazamientos al mes, al año tendría que hacer 144 desplazamientos que tendría que costear de su bolsillo hasta el centro más cercano y en muchos casos mal comunicado o sin ningún tipo de transporte público. Es evidente que los recortes no afectan a todos por igual, cebándose en las clases más desfavorecidas y por supuesto en aquellas que viven en el medio rural siendo más discriminadas que aquellas que viven en las ciudades y convirtiéndolas en ciudadanos de segunda.
Ricardo Bayo Huersio. Presidente de UPA Joven
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