A continuación reproducimos íntegramente el texto de La Voz de Galicia:
Los jóvenes que se incorporaron a la actividad agroganadera el pasado año y recibieron una ayuda pública de la Xunta se están encontrando con sorpresas a la hora de saldar cuentas con el fisco. Según ha podido saber este diario, sus declaraciones están siendo modificadas por Hacienda, al entender que el dinero público otorgado por la Administración gallega debe tributar como una subvención corriente, y no como una ayuda de capital. Esto significa que los recursos que recibe el ganadero joven, en muchos casos cantidades que rondan los 20.000 euros, deben incluirse íntegramente en la declaración del IRPF de ese año, mientras que si se trata de una subvención de capital puede escalonarse en varios ejercicios.
Este es precisamente el supuesto al que ha tenido acceso este diario. En la declaración de la renta de este joven ganadero, que prefiere preservar su nombre, la diferencia económica entre que la ayuda compute como subvención corriente o de capital es muy grande. De una liquidación en la que en principio le tenían que devolver 330 euros pasa ahora a tener que pagar más de 6.000 euros.
«Aquí estase a producir un erro claro de interpretación: non é normal que compute como unha axuda corrente algo que a propia convocatoria da Xunta xa establece como subvención de capital», subraya Javier Iglesias, portavoz de ganadería de Unións Agrarias. A su juicio, «non ten ningún sentido que lle esteamos dando aos mozos unha axuda para a súa actividade, que invistamos cartos públicos para dinamizar o rural e fixar poboación e que desa axuda se leve unha parte importante a Administración tributaria». Unións Agrarias ha enviado una carta a la delegada de la Agencia Tributaria en Galicia en la que explica el problema y solicita una entrevista.
Según los datos facilitados por la Xunta, de las más de 250 ayudas tramitadas el pasado año, se resolvieron favorablemente 146 expedientes, y cada beneficiario recibió, de media, unos 22.000 euros. El programa de subvenciones autonómicas para la incorporación de jóvenes al campo movió el pasado año 3,2 millones de euros. Y en este ejercicio ya se han presentado a la convocatoria más de 700 solicitudes, según los datos recientemente facilitados por la conselleira de Medio Rural, Ánxeles Vázquez.
Según fuentes consultadas en Hacienda, el criterio de que se compute como subvención corriente o de capital depende del uso que haga el beneficiario de la ayuda. En el plan de subvenciones de la Xunta esos recursos pueden destinarse a múltiples fines: destinarlo al capital de la sociedad, comprar maquinaria de la explotación, invertir en activos o en modernización tecnológica. Y son estos factores los que determinan el tratamiento tributario del dinero recibido.
Unións Agrarias sostiene que este es precisamente uno de los principales problemas: que no existe una uniformidad de criterio ni siquiera entre las distintas oficinas de Hacienda. Y que dependiendo de la lectura que hace el inspector un mismo caso puede tener un tratamiento tributario completamente diferente.
El sindicato sostiene que no puede considerarse como subvención corriente un programa cuya finalidad es, precisamente, fomentar la primera instalación de agricultores y ganaderos jóvenes para que puedan asegurarse unos ingresos que les permitan consolidar la iniciativa empresarial. Algo, a su juicio, que no se consigue con un tratamiento fiscal tan agresivo.
El texto original puede ser consultado en http://goo.gl/uwJ0lq.